En octubre 2017 realicé un voluntario en Ampimpa (Tucuman) en la casa de Fernanda, Jose y sus dos pequeños hijos, una familia muy encantadora. Aprendí mucho sobre la región, pero también sobre la fabricación de jabón, de cerámica y me dieron una nueva vista de la bio construcción.
El pueblo de Ampimpa
Ampimpa es un pueblo a 2500 metros de altura en la provincia de Tucumán, en el noroeste del país. El pueblo se extiende a lo largo de muchos kilómetros por una calle ubicada en una zona montañosa.
Ampimpa se ubica a 5 kilómetros al norte de Amaicha del Valle y pertenece entonces a la comunidad indígena. Está sujeta a la legislación de la comunidad (para saber más de la comunidad y de los valles Chalchaquís, pueden leer este articulo). La comunidad es la de los Ampimpenios, otra comunidad que pertenece al mismo grupo étnico que los de Amaicha de Valle o de Quilmes.
Si buscas « Ampimpa » en Google, vas a ver que los primeros enlaces son sobre el observatorio astronómico. Nunca fui, pero es la única atracción turística del pueblo, se puede pasar de noche para observar las estrellas. A una altura de 2000m, creo que podría valer la pena.
El abastecimiento de agua de Ampimpa viene directamente de las montañas al rededor. No obstante, no es el único pueblo y no hay mucha agua en la región, por eso el agua corriente se corta todos los días todo el año entre las 11 y la 3 de la tarde, para que se puedan rellenar los tanques en los otros pueblos. Esto ha sido una fuente empleo, porque una familia se dedica a abrir y cerrar el agua todos los días. Casi todos los habitantes de Ampimpa tienen un tanque y a ellos no les molestan que el agua se corte. Mi familia tenía un tanque, también pero el señor que desde hace mucho tiempo debía venir para instalarlo en el techo todavía no ha decidido aparecer, por eso llenamos unas botellas de plástico para cocinar y tomar. Fue un poco raro al principio, pero uno se acostumbra rápido y ya adquieres una nueva costumbre.
Otro punto que me llamó la atención en Ampimpa: la multitud de burros que andan en libertad. Pertenecen a todos y a nadie, porque son la propiedad de la comunidad.
Me sorprendió también ver tantos loros verdes que hacen mucho ruido, en particular por la tardecita.
Había una vez una casa de barro
La casa de barro
La casa de Fernanda y Jose se ubica al final del pueblo, casi a la salida. La vista a las montañas y el valle es increíble.
Toda la casa es de barro, la planta baja es bastante grande y hay un pequeño primer piso. La casa forma parte del paisaje, lo que es muy agradable. En la parte de atrás hay un jardín bastante grande.
Me gustó también su jardín, donde todo crece por todos lados.
La huerta
Pusieron una pequeña huerta entre las otras plantas. En la región no crece muchas cosas por el clima semiárido y las montañas de gran altura, por eso la producción puede variar mucho de un año al otro. En octubre (la primavera) puede granizar mucho y hundir todas las plantas.
Por ejemplo, pueden tener muchos tomates o nada de nada. Cuando estuve allí, trasplantamos tomates que estaban en una maceta y plantamos papas y calabazas.
Aparte de eso, tienen muchas hierba buena y hierbas aromáticas (tipo romero, albahaca, etc), y también zanahorias y cebollas. Desafortunadamente, las verduras que producen no alcanzan para su propio consumo dado que hay demasiado incertidumbre en la producción.
El Estado argentino da semillas a los ciudadanos que quieren tener su propia huerta. La bolsa contiene diferente tipo de semillas: hierbas aromáticas, tomates, lechuga, calabaza, choclo, etc. Plantamos unas de estas bolsas.
El sistema de agua
Por los problemas de abastecimiento, pero también por razones ecológicas, las aguas residuales van directamente al jardín para regar las plantas – por supuesto no las del baño! El clima muy seco con poca lluvia es un problema para regar y tener frutos y verduras.
Construir una casa de barro
Cuando todo empezó
Fernanda y José empezaron a construir su hogar hace cinco años. En ese momento vivián en Los Zazos, otro pueblo a 4 kilómetros a pie de Ampimpa, e iban y volvían todos los días. Luego se mudaron a una casa al lado y la final se mudaron en su casa hace tres años. Han necesitado dos años para construir una casa donde se puede vivir, que hicieron solos y con pocos recursos. Hay que precisar que antes de empezar las paredes habían todo planeado, por ejemplo los cables eléctricos, la posición exacta de los baños, etc.
Quiero asegurar a los más escépticos: ¡la casa es muy sólida y también antisísmica! Me dijeron que nunca habían sentido un terremoto como fue el caso en su casa de los Zazos – no hay muchos terremotos en la región, pero se pueden sentir un poco.
Esta historia es muy impresionante y tengo mucho respeto por esa pareja autodidacta.
El proceso de construcción
Durante mi tiempo en la familia, participé también en la construcción de la casa. Cuando llegué, habían empezado las paredes de una habitación atrás de la cocina que quieren utilizar como living.
« Para construir hay que tener sentido común », escuché la primera vez que tenía las manos en el barro. Algunas nociones son fundamentales, pero es verdad que una vez las manos en el barro y la paja, se siente rápidamente la buena consistencia que se debe obtener.
Aquí no tenemos herramientas ultra moderna ni muy complejas, teneomos solo una carretilla, unos trozos de madera, clavos para sostener la pared cuando se está secando y envases de leche vacíos parar dejar el espacio de un estanque dentro de la pared.
Mezclamos agua y tierra como en mis últimas experiencias de bio construcción, pero esta vez ni paja ni arena! Utilizamos lo que teníamos a nuestra disposición al rededor: pasto seco, hojas y ramas.
Para dejar entrar más luz, pero también por razón estética, dispusimos botellas vacías en algunos lugares.
En la cocina y en el primer piso, ya hay una pared de botellas, lo que me parece muy lindo.
Tenían una colección de botellas de vino y cerveza muy impresionante – recolectan de todos los vecinos. Las lavamos, las cortamos y las pegamos entre ellas.
Cuando me fui, la pared se había elevado mucho, y siguieron algunos días después con la ayuda de dos otros voluntarios. Aquí u una foto que me mandaron:
Actividades de la tierra
José y Fernanda viven de sus « actividades de la tierra ». Entre otras cosas Fernanda teje y hace jabones que vende. José es carpintero y lutier. Además, viven también de sus animales.
Lana: tejido y tinturas naturales
Fernanda compra su lana bruta, la teje y la tiñe, y hace ovillos que vende. Para algunas utiliza colorantes naturales, es decir, de plantas. Por ejemplo, utilizó cebollas para obtener tonos amarillos y nueces para marrón. Las plantas se pueden utilizar muchas veces y dar tanalidades distintas.
Además, Fernanda era costurera en otra vida (¡si si es multifonctión de verdad!) y cose cosas para ella y su familia o para vecinos en sus ratos libre.
Jabón natural
¡La fabricación del jabón! Me ha gustado mucho aprender hacer jabones naturales. Básicamente, se necesita: bicarbonato sódico, aceite y/o grasa y se puede añadir esencias y colorantes para que huela bien y sea lindo. Todo es cuestión de equilibrio entre los ingredientes que hay que manejarlo bien si no quieres obtener detergente. Dependiendo de la proporción de cada uno, se obtiene un jabón más o menos suave, seco etc.
Madera: instrumentos y cubiertos
Por su parte, José hace cosas con madera. Era lutier antes de conocer a Fernanda y fabricaba mucho más que hoy en día. Lamentablemente no he sacado foto de los instrumentos, a pesar de que había algunos en el taller.
Hace también cubiertos de madera muy lindos que he fotografiado:
Los animales: gallinas y chanchos
La pareja tienen también actividades que realizan ambos, y la más importante es la con los animales. Tienen algunas gallinas cuyos huevos son para su propia consumo.
Además, tienen unos cerdos que son solo para hacer salchichas y salamis. Estos animales son de verdad como pozos sin fondo porque comen muchísimo. Mis anfitriones esperaban obtener un buen precio por Navidad al vender también pedazos enteros. Una cosa práctica con estos animales es que comen realmente de todo y no les interesan si la comida es podrida o si comen cascaras de cebollas o de huevos.
La cerámica: una tradición que se mantiene
La cerámica es muy importante en la región desde hace siglos y su artesanía ocupa todavía un lugar importante.
Pude participar en la clase de cerámica a la cual ellos iban una vez a la semana. Fernanda y José estaban haciendo muchos objetos para la cocina: sobre todo platos y tazas pero también una olla grande, un exprimidor y un colador.
He tenido suerte porque en la tercera clase horneamoslos objetos de todos los participantes en un horno de barro.
¡He podido quedarme con mi mate de cerámica que está ahora siempre conmigo!
Que puedo añadir más, aparte que esta experiencia fue muy valiosa, tanto en el aspecto humana como en el técnico. Durante estas cincos semanas era parte de la familia, hemos cocinado, menejado bicicleta y acampado juntosm, para solo mencionar algunas actividades. ¡Sobre todo hemos hablado mucho de Argentina, su política y su cultura!